SOLEDAD Nadie logrará nunca vivir imperturbable. De hecho, uno de...
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Toda manifestación del ánimo puede ser concebida como el resultado de una especie de engranaje.
Desde esta perspectiva, animar/se, es el primer eslabón del ánimo.
No hay acontecimiento humano verdadero que no participe de este mecanismo, muy por el contrario, cuando el ánimo pretende soportarse de engranajes espurios, la primera consecuencia que no tarda en presentarse es el “desánimo” y la segunda, la inexorable “sensación de estar perdido”.
“Sentirse” perdido, es el síntoma más contundente de quien no se halla a sí mismo en su propia vida anímica, porque sí, es un hecho palpable, no es difícil entre-tener el ánimo de modos cada vez más inútiles.
Si Freud llamaba “anímico” a todo aquello por lo que la vida humana se eleva de la vida animal, es porque quien está “desanimado” no cesa de verse reflejado en imágenes de hundimiento. Lo cierto es que la “energía anímica” responde a una dinámica y adhiere a algún tipo de economía, siempre. El problema es que muchas veces esa dinámica y esa economía no le pertenecen a quien debiera ser el “sujeto de su ánimo”.
Al “animar/se”, queda usted sometido a su propio juego de fuerzas, que además establecerán a su vez compromisos entre sí, porque se soportan en dos dimensiones que anidan en usted: la psíquica y la somática. Así que, no es raro que posean la capacidad de somatizar provocando afecciones que muchas veces no tienen correlato médico, como tampoco es raro que posean la facultad de influir en el pensamiento, al punto que este puede volverse un cementerio pleno de tensiones con el poder de trastornar la vigilia y el sueño provocando altos estados de ansiedad. La libido – fuerza que tiende a unir su ánimo de usted mismo- es el poderoso engranaje que actúa en la dupla.
El mantra de un ánimo sostenible es y será siempre: ANIMARSE-ÁNIMO, por supuesto no es fácil, mucho más sencillo es vivir como si el ánimo fuera un fenómeno atmosférico, pero de esa forma, solo le queda esperar que pare de llover.
MÁS VALE MALO CONOCIDO, QUE BUENO POR CONOCER… La realidad...
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